lunes, 21 de marzo de 2016

LLEGAMOS A LAS ISLAS VIRGENES: DESTINO FINAL

Como todo lo bueno debe acabar, afrontamos la realidad de que al fin debemos poner rumbo a las Virgin Islands. Desde este archipiélago es desde donde voy a tomar un asiento en primera clase en el carguero que me llevará a Southampton. Pero hey!!!!! todavía quedan casi dos meses, así que esto todavía no está acabado. Esperamos tener una buena última travesía hasta el grupo de islas en compañía del Saliar, María y Rubén, pero al final el viento falta a su cita por segunda vez en lo que va de viaje y acabamos tirando de mi motorcito para llegar. Los ánimos no están muy arriba por las 12 horas de constante ronroneo de la máquina hasta que llegamos. Un agua transparente y un entorno precioso que casi
habíamos olvidado tras un mes en la laguna de Simpson Bay. Me siento fresquito, con la barriga en remojo en agua pura, y una cantidad de fauna marina increíble. Veo hasta dos mantas saltar del agua de alegría al verme (o por otro cualquier motivo...). Los chicos están también felices e hinchan los pulmones con aire fresco. Al amanecer y tras los trámites oportunos en las aduanas e inmigración ponemos rumbo a Norman Island (uno de las 60 islas que conforman el lado británico del archipiélago). Nos damos cuenta de que el entorno es magnífico. Las islas forman como una especie de círculo en el que el espacio navegable del centro reúne unas condiciones únicas en el Caribe para la navegación, ya que las olas casi no penetran

en el interior. Vemos multitud de calitas y playitas con barcos fondeados por el camino, estamos entusiasmados. Unas horas después nos damos cuenta de la otra cara de la moneda. Aquí todo es de pago, en todos los rinconcitos hay instaladas boyas privadas, y como todo aquí son carísimas. Es la cara oculta del Caribe. No hay casi nada barato aquí para un barco que viaja con dos invitados a bordo. No obstante, somos recién llegados y seguro que con los días los chicos aprenderán a moverse por estas aguas. Por desgracia también tenemos que despedirnos de nuestros amigos del Saliar, y se celebra por todo lo alto con una buena ración de frozen margaritas a bordo del William Thornton II, un barco-bar
fondeado en nuestra misma cala y famoso por las fiestas que en él se celebran. Chicos esperamos que sea un hasta pronto!!!!




martes, 8 de marzo de 2016

St. Maarten/Saint Martin la isla compartida

Hace ya casi un mes que llegamos a esta isla, medio holandesa, medio francesa. Sí, está dividida por la mitad. La parte norte pertenece a Francia, y la sur a Holanda. Nosotros hemos pasado gran parte del tiempo en la parte holandesa porque nada más llegar conocimos a Rubén, María y el Saliar, y hete aquí que nos hemos hecho amigos!!! el Saliar está amarrado en la marina de Simpson Bay y nosotros fondeados. Rubén y María son la tripulación profesional que lo mantienen y lo navegan, y conocen la isla como la palma de su mano. Nos han recomendado los mejores sitios y los chicos están encantados. Y como una cosa lleva a la otra nos inscribimos a la Heineken Regatta. Reclutamos a Silvia a Janneke y a Cliff como tripus, y ya éramos entre 5 y 7 cada día. Navegamos a muerte, y muy concentrados. Siempre procurando ir más rápido que los demás...por eso no entiendo porque quedamos los últimos... Pero bueno, hemos sido los más guapos.
La isla no está mal, sobre todo si quieres reparar los WC, que se me han vuelto a estropear... Los dos!!!! Pero ya está solucionado. Mila y Joan son unos manitas. Bueno os dejo que me voy a ver al Saliar. Mañana continuo con la entrada.















St. Eustatius (o Statia como les gusta a los inlgeses) y St. Barthelemy

Otros nombrecitos para el recuerdo..., si San Eustaquio y San Bartolomé levantaran la cabeza...Hicimos oídos sordos a las advertencias de Souto y siguiendo las recomendaciones de Liz y Liam nos hemos pasado por la islita de St. Eustatius. La verdad es que nada más llegar quedamos impresionados por la cantidad de petroleros fondeados esperando para cargar o descargar combustible en este puerto franco perteneciente a las Antillas Holandesas. No obstante, después de ver a Joan faenar un rato con las boyas de fondeo para decidir cual era la mejor, y ver como un barquito que llega media hora después se coge a la mejor, ya no vale la pena hacer más comentarios en lo que a navegación se refiere. El contraste es algo más que curioso entre los petroleros y el coqueto pueblo que encontramos arriba del acantilado. Las vistas son preciosas, las murallas albergan años y años de historia y las hamburguesas son soberbias. Eso compensa de sobra el meneíto nocturno al que me veo sometido durante toda nuestra estancia aquí, no obstante, los chicos parecen afectados también por tanto vaivén, y a la mañana siguiente ponemos rumbo a San Bartolomé. Esta islita pertenece a Francia y en ella se alberga una de las regatas de megayates más famosas del Caribe, y eso parece que ha hecho que el lujo se aposente en la isla. Prácticamente no encontramos gente local en "St. Barths", tan solo gran cantidad de turistas, expatriados y tripulaciones de barcos. Como el parte parece que viene movidito y el fondeadero nos lo ha prestado un gentil y amable francesito nos vamos a San Martín.